Page 12 - El vampiro vegetariano
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                                                                                    vacilar.

                                                                                    —¿Cómo lo sabes, pequeña bruja? ¡Aún no se lo
                                                                                   he contado a nadie!

                                                                                   —Me lo ha dicho él.
                                                                                   —¡Eso  no  te  lo  crees  ni  tú!  ¡Pero  si  no  habla  ni
               A      la mañana siguiente, al ir a comprar el pan,                 con su sombra, ni para dar los buenos días!



                Lucía se encontró con Rosaura, la portera.                         —Pues  claro  que  no  me  lo  ha  dicho  él  -rió  la
                    Rosaura  era  una  mujer  grandota  y  sonrosada,              niña-. Lo he deducido porque si hubieras estado
                                                                                   en cualquier otra casa, no sería ninguna novedad.
                extraordinariamente  fuerte,  de  unos  cincuenta
                                                                                   Elemental, querida Rosi.
                años. Sus principales aficiones eran la peluquería y
                                                                                   —A  ver,  ya  que  eres  tan  lista,  ¿y  qué  pasó?  -le
                el cotilleo. Llevaba el pelo rizado y teñido de rubio
                                                                                   preguntó la portera con los brazos en jarras.
                platino, y a Lucía le recordaba a una actriz del cine
                                                                                   —Inteñtó seducirte -contestó Lucía muy seria.
                mudo.  Aunque  de  muda,  precisamente,  no  tenía
                nada.                                                              —¡Demonio de niña! -exclamó Rosaura soltando

                    —Hola,  Lulú  -la  saludó  alegremente.  Lucía  y              una  carcajada-.  ¡Lo  que  me  faltaba  a  mí,  a  mis
                Tomás  eran  los  únicos  niños  de  la  escalera,  y              años!
                                                                                   —No disimules, que aún estás de muy buen ver.
                Rosaura,  al  contrario  que  la  mayoría  de  las
                                                                                   —Ay,  qué  cosas  tienes...  Pues  no,  es  todo  un
                porteras,  era  muy  amable  con  ellos  y  nunca  los
                                                                                   caballero  y  no  se  propasó  para  nada.  Todo  un
                reñía. A Lucía la llamaba Lulú, y a Tomás, Tomi.
                                                                                   caballero,  sí,  pero  más  rarito...  Quiere  que  1c
                   —Hola, Rosi -contestó la niña.
                                                                                   haga la limpieza una vez a la semana, y me
                   —¿A  que  no  sabes  en  qué  casa  estuve  ayer?  -
                            preguntó la portera con aire de misterio.






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