Page 137 - El Superzorro
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-¡ ltpido!  -gritó  el  zo­
              rro,  saliendo  de  su  pasmo-.  ¡Hay

              que esconderse!
                      Dicho y hecho.  Los tres ani­

              males corrieron .al  armario  para  es­
              conderse  justamente  detrás  de  las
              garrafas de sidra.  Don Zorro asomó

              el  hocico  y  pudo  ver  a  una  mujer
              corpulenta que se dirigía hacia ellos
              con un rodillo en la m a no. Se detu­

              vo  frente  al  armario,  tan  cerca  de
              ellos que podían oírla respirar... ¡Sólo
              unas garrafas de sidra se interponían

              entre nuestros amigos y ella!
                      -¡Señá  Benita!  -ahuecó  la
              voz la criada-.. ¿Cuántas le subo es­

              ta vez?
                      -¡Sube  dos  o  tres!...  -le
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