Page 39 - De porqué a Franz le dolió el estómago
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la puerta.
Lily condujo a Daniel a la cocina y lo
invitó a tomar asiento. Colocó delante de
él, sobre la mesa, una bandeja con diez
porciones de pastel, dos botellas de Coca
Cola y dos vasos grandes. Se sentó junto a
él y le dijo:
—¡Me alegro de que hayas venido!
¡Créeme!
—¿Ves, chico? A que no te esperabas
Daniel tomó una porción de pastel, la
esto, ¿verdad? —le dijo Lily, sonriendo—.
que parecía más grande, se la llevó a la boca
Tenlo en cuenta: ningún hombre resiste
y comenzó a mascar, mientras miraba a
mis encantos.
Lily algo sorprendido.
— ¡Haz lo que quieras, pero no me metas
a mí en esto! No me pidas ayuda —le
contestó Franz malhumorado. No tenía
ganas de compartir el pastel de ciruela con
su mayor enemigo. Se fue a su alcoba y
cerró de un portazo.
Lily se dirigió a la puerta de entrada y
exclamó en voz alta:
—¡Ojalá sea mi querido Daniel! —Soy yo
—dijo Daniel Eberhard cuando Lily abrió