Page 137 - Historias de Cronopios y Famas
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Inconvenientes en los servicios públicos   General lo hicieron sobre la muchedumbre congregada
       en la plaza de Mayo, con tan buena puntería que bajaron
       a seis oficiales de marina y a un farmacéutico. Acudió un
        pelotón de famas, el cronopio fue debidamente fusilado,
       y en su reemplazo se designó a un distinguido autor de
        canciones folklóricas  y  de un  ensayo  sobre  la  materia
        gris. Esta fama restableció el idioma nacional en la radio­
        telefonía, pero pasó que los famas habían perdido la con­
        fianza y casi no encendía los receptores. Muchos famas,
 Vea lo que pasa cuando se confía en los cronopios.   pesimistas por naturaleza, habían comprado diccionarios
 Apenas lo habían nombrado Director General de Radio­  y manuales de rumano, así como vidas del rey Carol y de
 difusión,  este  cronopio llamó a unos traductores de  la   la señora Lupescu. El rumano se puso de moda a pesar
 calle San Martín y les hizo traducir todos los textos, avi­  de la cólera del Superior Gobierno, y a la tumba del cro­
 sos y canciones al rumano, lengua no muy popular en la   nopio iban furtivamente delegaciones que dejaban caer
 Argentina.   sus lágrimas y sus tarjetas donde proliferaban nombres
 A las  ocho de la  mañana  los  famas  empezaron  a   conocidos de Bucarest, ciudad de filatelistas y atentados.
 encender sus receptores, deseosos de escuchar los bole­
 tines así como los anuncios del Genio! y del Aceite Coci­
 nero que es de todos el primero.
 Y los escucharon,  pero en rumano,  de modo que
 solamente entendían la marca del producto. Profunda­
 mente  asombrados,  los  famas  sacudían  los  receptores
 pero todo seguía en rumano, hasta el tango Esta noche me
 emborracho,  y  el  teléfono  de  la  Dirección  General  de
 Radiodifusión estaba atendido por una señorita que con­
 testaba en rumano a las clamorosas reclamaciones, con
 lo cual se fomentaba una confusión padre.
 Enterado de esto el Superior Gobierno mandó fusi­
 lar  al  cronopio  que  así  mancillaba  las  tradiciones  de  la
 patria. Por desgracia el pelotón estaba formado por crono­
 pios conscriptos, que en vez de tirar sobre el ex Director


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