Page 8 - Narraciones extraordinarias
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EL GATO NEGRO

                                                                                                     .r             I  O  TECA






                                                                                                         C.  COBRIAB:
                                                                                                      ,
                                                                                                               ·  LON  DE  MARIA
                                                                                                     ��-========::;;-·· . - -- '
                                                                                                     ¡__


                                                                                No espero ni me interesa que se de crédito a la extraordina­
                                                                                ria historia que voy a narrar. Sin embargo, pienso que mañana
                                                                                puedo morir, y quisiera aliviar hoy mi acongojado espíritu. Por
                                                                                eso deseo mostrar al mundo lo que en apariencia no son más
                                                                                que una serie de acontecimientos domésticos, y que, no obs­
                                                                                tante, por sus consecuencias me han aterrorizado y tortura­
                                                                                do. A pesar de todo, no trataré de esclarecerlos. Confieso que
                                                                                no me han producido otro sentimiento que el de horror, pe­
                                                                                ro quizás a muchas personas les parecerán menos terribles.
                                                                                Tal vez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fan­
                                                                                tasía al estado de lugar común. Y posiblemente esa inteligen­
                                                                                cia, más serena, más lógica, y menos excitable que la mía,
                                                                                encontrará en las circunstancias que relato, con terror, una
                                                                                serie normal de causas y de efectos naturales.
                                                                                    La  docilidad y humildad de mi carácter sorprendieron
                                                                                desde mi infancia. Tan notable era la ternura de mi corazón,
                                                                                que había hecho de; mi el juguete de mis amigos. Sentía una
                                                                                auténtica pasión por los animales, y mis padres me permitie­
                                                                                ron poseer una gran variedad de ellos. Casi todo el tiempo lo

                                                                                                            7
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