Page 13 - Trece Casos Misteriosos
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una complicada ecuación y la clase siguió lenta
y pesada. Media hora después, una campanilla Marcela, al oír esto, levantó una mano y gritó:
animó levemente las sonrisas en los rostros: todos -¡Eh! ¡Tercero A! ¡Reunión: el genio tiene su
guardaron sus libros y salieron a recreo. plan!
-¿Cómo convencer a la profe para que no -No seas tonta, Marcela, si usaras más tu
nos entregue las notas hasta el lunes? -preguntó cabeza ... -Mauricio llevó un dedo a su propia
Marcela, sin ánimo ni para comer su sándwich sien y luego se alejó con expresión hosca.
de queso. Andrés y Catalina se acercaron a las dos ami
-¡Sueñas! -le contestó la lánguida Constanza. gas, que se habían quedado mudas, contemplando
-Es que el asunto es grave: ¡nos quedaremos a Mauricio.
sin fiesta, Connie! ¿No te das cuenta? -Con Catalina hemos estado pensando que
-¡Claro que me doy cuenta! ¿Por qué crees hay que evitar, como sea, la entrega de esas notas.
que estoy tan deprimida? -Otro genio que descubrió América: ¡todos
El gesto de Constanza era de absoluto desalien sabemos que con esas notas hay que olvidarse de
to. Se afirmó en la vieja palmera, en una pose de la fiesta! -Se enojó Marcela-. Pero hasta ahora
actriz dramática. nadie ha propuesto una solución.
En ese momento se acercó Mauricio: Connie golpeó con rabia el tronco de la palmera,
-Al paso que van mis porras compañeras, y luego, con un gesto asustado, mostró la yema de
tendré que bailar solo en la fiesta si entregan hoy su pulgar herido por una pequeña astilla.
las libretas ... -Una que se fue a la enfermería -comentó
-¡El genio Mauricio! ¡Nunca pierde la oportu Andrés.
nidad de hablar de sus maravillosos sietes! -co -Y otra que se va a la biblioteca: tengo que
mentó Marcela, dándole la espalda. devolver un libro -Catalina partió corriendo.
-No sean tontas, nenas, si lo único que quiero Andrés y Marcela quedaron pensativos.
es que todos vayamos a la fiesta. -Bueno, no me queda otra que resignarme
-Nosotros también queremos. ¿Qué propone a un sábado sin fiesta: estoy sentenciado -dijo
el genio? -interrogó Constanza, sin perder su Andrés con tono sepulcral. Marcela quedó sola:
desgano. -¿Resignación?-repitió para sí- . ¡Ah, no,
-Un ardid para evitar que nos entreguen las eso nunca! -Y caminó a grandes zancadas en di
libretas -respondió Mauricio, muy serio-. No rección opuesta a la de su amigo.
olviden que tengo que conquistar a Catalina. Al poco rato, la campanilla anunció el final del
recreo y el comienzo de la última hora de clases.
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