Page 79 - Quique Hache Detective
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Extraje  la fotografía que llevaba en  el
 bolsillo  de la camisa y  dejé  que el  colorín la
 revisara.
 -¿Éste es el segundo B? -pregunté.
 El colorín  la examinó con miedo,  co­
 mo si viera a un fantasma.       15
 -Es la misma fotografía que encontra­
 ron y que salió en el diario. Uno de los alum­
 nos la tomó antes de subirse al bus. Trae mala  Esto de ser detective privado es más
 suerte andar con este tipo de cosas encima.   difícil de lo que imaginaba. Todo parecía en­

 Le indiqué en la foto el rostro escondi­  redarse y complicarse. La Gertru tenía razón:
 do de Charo.   cuando más se busca la verdad de algo, más se
 -¿  Te acuerdas de ella?   descubren mentiras. Eso es ley.
 -Más o menos. Era de un curso supe-  Todo  eso  pensaba  mientras  iba recos­
 rior al mío. De ella poco me acuerdo,  pero sí  tado en el asiento del colectivo de regreso a la
 de su hermana.   casa, con Julito Videla en la radio explicando
 -¿La hermana?   que fumar hacía mal al corazón, que el suyo
 El  colorín  indicó  a  una  de  las  niñas  debió sufrir las consecuencias de dos cajetillas
 sonrientes del grupo  en el borde  de la foto­  diarias.  Una  auditora  le respondió:  «Fuerza,
 grafía.  Se parecía a Charo.   Julito,  yo era de tres diarias y ahora estoy en
 -De ella me acuerdo -dijo el colorín-,  una». El chofer me miró, yo era su único pa­
 fue una de las que murieron en el accidente y  sajero, movió la cabeza con los ojos llorosos y
 eso no se olvida fácilmente.  dijo:  «Este Julito,  tan buen animador  y  con
          ese problema al corazón.  Nadie está libre.  Si
          le  ocurre  a  la  gente  famosa,  imagínese  qué
          queda para uno».
                  En ese momento el colectivo comenza­
          ba a doblar por la placita del Alférez Mayor y



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