Page 11 - Alicia en el país de las maravillas
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mento en que  las oyó le sonaron perfectamente naturales. Sin   los de mi casa! iNo diré una palabra ni siquiera si llego a caer­
 embargo, cuando el conejo sacó un reloj del bolsillo del cha­  me del propio tejado!" (cosa que era bastante probable).
 leco, lo miró atentamente y dio señales de apresurarse. Ali­  Siguió cayendo,  cayendo,  cayendo  ...  lAcaso no termi­
 cia se puso de pie porque su mente discurrió, corno un rayo,   naría nunca de caer?  ...
 que nunca había visto antes un conejo ni con chaleco ni con   "Me pregunto cuántos kilómetros llevaré descendidos  ...
 reloj; y, ardiendo de curiosidad, atravesó corriendo el campo   -dijo en voz alta-. Debo estar muy cerca del centro de la
 tras el animalito y alcanzó a verlo cuando se colaba en su ma­  tierra. Veamos: eso significa unos  seis mil quinientos kilóme­
 driguera, detrás del vallado de zarzas.   tros de profundidad, creo  ...  "
 Un momento después, Alicia entraba al mismo sitio, sin   (Como ustedes ven, Alicia había aprendido muchas co­
 reflexionar cómo saldría después.   sas, gracias a las lecciones de la escuela, y aunque ésta no era
 La madriguera se prolongó en un especie de túnel, que   muy buena oportunidad para lucir sus conocimientos, ya que
 bruscamente empezó a descender, tanto, que Alicia no tuvo   no había nadie que la oyese, siempre resultaba conveniente
 un segundo para pensar, cuando se encontró cayendo en al­  practicar  ...  ).
 go que parecía un pozo muy hondo.   "Sí, esa debe ser más o menos la distancia, pero ahora me
 Ya fuera porque en realidad el pozo era muy hondo o   pregunto a qué grado de latitud o de longitud habré alcanza­
 porque ella cayó muy lentamente, el caso es que tuvo sufi­  do"  ...
 ciente tiempo, mientras descendía, para ver lo que había a su   (Alicia no tenía la menor idea de lo que significaba eso
 alrededor y para imaginar lo que sucedería después.. Primero   de latitud o de longitud, pero pensó que tales palabras sona­
 trató de mirar hacia abajo para ver dónde caería, pero esta­  ban maravillosamente.)
 ba demasiado oscuro como para divisar nada. Luego miró las   Siguió reflexionando:
 paredes del pozo y observó que estaban llenas de estantes y   "Quisiera también saber si estoy cayendo directamente
 armarios de libros; más allá vio colgados mapas y láminas. A   al ceptro de la tierra  ... i  Qué divertido va a ser cuando salga y
 la pasada cogió un frasco de uno de los armarios. Tenía una   aparezca en medio de la gente que camine con la cabeza aba­
 etiqueta que  decía: "MERMELADA DE NARANJAS", pe­  jo! Son los antipáticos, me parece  ...  "  - (Esta vez sí que esta­
 ro, para gran desilusión suya, estaba vacío. No quiso tirar el   ba contenta de que no hubiese nadie oyéndola, porque no
 frasco por miedo de matar a alguien que estuviera abajo, por   estaba en absoluto segura de que fuese ésa la verdadera pa­
 eso se las arregló para volverlo a colocar en otro de los arma­  labra.)
 rios frente al cual pasaba.   "Tendré  que  preguntarles  cómo  se  llama  el  país  ...
 "Bueno -pensó Alicia para sus adentros-,., después de   -lQuiere hacer el favor de decirme, señora, si ésta es Nue­
 una  caída como ésta no podré volver a quejarme cuando rue­  va Zelanda o Australia?" (Y 'al  pronunciar estas  palabras
 de escalera abajo. iCuan valiente me van a encontrar todos   trató de usar el tono más amable que le fue posible, aunque


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