Page 98 - El Superzorro
P. 98

96



            tras. ¿Qué podemos hacer? Me pare­
            ce, zorrete, que de ésta no salimos.
                     Don Zorro, impasible, seguía

            sonriendo,  y sus hijos,  que compar­
            tían su secreto, sonreían también.
                     -Bien,  mi  querido  Tejón

            -dijo  el zorro-,  quiero  que sepas
            que el culpable de todo este zafarran­
            cho soy yo.

                     -¡Ya lo sé! ¡De eso me quejo!
            -gritó don Tejón fuera de sí-. Y sé
            también que los  granjeros  no  aban­

            donarán la caza hasta que no te ten­
            gan en sus manos. Y mientras tanto

            se  dedican a  destrozar  a todo  bicho
            v1v1ente ...
                     El pobre tejón se sentó junto
            a su hijo y añadió con voz resignada:

                     -Mi esposa ni podía mover­
            se ... la pobre estaba tan débil... ¡Es­

            tamos perdidos!
                     -¡Ánimo,  tejón!  -exclamó
   93   94   95   96   97   98   99   100   101   102   103