Page 45 - El Superzorro
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 -Escuchen,  imbéciles  -les  nada! -decía.
 . ,   .
 gnto con voz ronca-, quiero cazar a   -¡Que nos digas tus estúpi­
 este bicho sea como sea, ¿me han en­  das  ideas!  -le  gritaron  Buñuelo  y

 tendido? Y no pararé hasta ver la piel   Bufón. Benito se rascó la  nariz con
 del maldito zorro encima de mi chi­  sus sucios dedos. Le estaba saliendo
 menea. ¿Estamos?   un grano que le picaba mucho.

 -Haz lo que quieras -le re­  -Hay que cambiar de táctica
 plicó Bufón-,  pero yo desde luego   -dijo por fin-·, con estas palas no
 no sigo cavando.   hacemos nada  ... nos hacen falta otras

 -¡Déjale,  déjale!  -se burla­  palas.  ¡Ya  está!  ¡Palas  mecánicas!
 ba  Buñuelo-,  seguro  que  nuestro   ¡Tractores! ¡Con un tractor lo saco en
 amigo Benito nos va a decir otra de   cinco minutos!  Buñuelo y Bufón se

 sus brillantes ideas.   quedaron  boquiabiertos.  La idea de
 -¿Cómo?  -dijo  Benito-,  Benito era genial, había que recono­

 ¿qué dicen? No oigo nada.   cerlo.
 Y era que Benito nunca se la­  -Bien, vamos a organizarnos
 vaba  ... y como nunca se lavaba, pues   -dijo Benito,  de  nuevo  jefe  de  la
 tenía  los oídos sucios,  llenos de ce­  operación-.  T ú ,  Bufón,  te  quedas

 ra  ... y también de chicle y ¡hasta de   aquí y vigilas que el zorro no se esca­
 moscas muertas! Y claro, así estaba el   pe.  Buñuelo y yo vamos por la ma­

 pobre que no oía ni papa:   quinaria. Si intenta algo mientras es­
 -¡Hablen más alto,  no  oigo   tamos fuera, le pegas un tiro y listo.
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