Page 44 - El Superzorro
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                    -Escuchen,  imbéciles  -les                              nada! -decía.
              . ,                          .
            gnto con voz ronca-, quiero cazar a                                       -¡Que nos digas tus estúpi­
            este bicho sea como sea, ¿me han en­                             das  ideas!  -le  gritaron  Buñuelo  y

            tendido? Y no pararé hasta ver la piel                           Bufón. Benito se rascó la  nariz con
            del maldito zorro encima de mi chi­                              sus sucios dedos. Le estaba saliendo
            menea. ¿Estamos?                                                 un grano que le picaba mucho.

                    -Haz lo que quieras -le re­                                       -Hay que cambiar de táctica
           plicó Bufón-,  pero yo desde luego                                -dijo por fin-·, con estas palas no
           no sigo cavando.                                                  hacemos nada  ... nos hacen falta otras

                    -¡Déjale,  déjale!  -se burla­                           palas.  ¡Ya  está!  ¡Palas  mecánicas!
           ba  Buñuelo-,  seguro  que  nuestro                               ¡Tractores! ¡Con un tractor lo saco en
           amigo Benito nos va a decir otra de                               cinco minutos!  Buñuelo y Bufón se

           sus brillantes ideas.                                             quedaron  boquiabiertos.  La idea de
                    -¿Cómo?  -dijo  Benito-,                                 Benito era genial, había que recono­

           ¿qué dicen? No oigo nada.                                         cerlo.
                    Y era que Benito nunca se la­                                     -Bien, vamos a organizarnos
           vaba  ... y como nunca se lavaba, pues                             -dijo Benito,  de  nuevo  jefe  de  la
           tenía  los oídos sucios,  llenos de ce­                            operación-.  T ú ,  Bufón,  te  quedas

           ra  ... y también de chicle y ¡hasta de                            aquí y vigilas que el zorro no se esca­
           moscas muertas! Y claro, así estaba el                             pe.  Buñuelo y yo vamos por la ma­

           pobre que no oía ni papa:                                          quinaria. Si intenta algo mientras es­
                    -¡Hablen más alto,  no  oigo                              tamos fuera, le pegas un tiro y listo.
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