Page 25 - El Superzorro
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 drida  ... Buñuelo, a hígado de ganso.   mosa cabeza por el agujero del árbol
 Y en cuanto a Benito, ése apesta a si­  y aspiró el fresco aire de la noche.

 dra fermentada  ...   Nada,  ni rastro de olor. Len­
 -Está bien,  está bien -dijo  tamente, empezó a sacar el cuerpo de
 doña  Zorra-,  pero  sobre  todo,  no   dentro del agujero. Al salir, movía su

 te descuides  ... Ya sabes que te estarán   cabeza, olfateando en todas direccio­
 esperando.   nes. Se disponía ya a dirigirse hacia
 -Adiós, amor -dijo el buen  la espesura del bosque cuando le pa­

 zorro-, hasta pronto.   reció oír un ruido muy leve, pareci­
 Poco se podía imaginar el as­  do al que podría hacer el pie de un
 tuto  zorro  que  en  aquellos  precisos   hombre al pisar sin querer un mon­

 momentos los tres granjeros se acer­  tón de hojas secas.
 caban  al  agujero  de su  madriguera,   Al  oírlo,  don  Zorro  echó

 cada  uno con  una  escopeta  cargada   cuerpo a tierra y se quedó completa­
 de  cartuchos.  Y  tenían  además  la   mente inmóvil, alargando sus grandes
 suerte de que el viento soplaba hacia   orejas. Escuchaba con gran atención,

 ellos, de forma que el zorro no podía   pero no pudo oír nada  más. «Debo
 olerlos  al  salir  de  su  escondrijo.  El   haberme equivocado»,  pensó enton­
 pobre zorro,  sin  sospechar  nada,  se   ces, «ese ruido debió ser algún ratón

 dirigió  hacia  el  largo  túnel  oscuro   campestre o algún otro bicho pareci­
 que conducía a la salida de su madri­  do».
 guera. Una vez al final, sacó su her-  Y  decidió proseguir su  cami-
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