Page 17 - Nadie quiere jugar conmigo - 1ro Básico
P. 17

Eran demasiado gordos.


                                   Y no había ni una puerta grande,

                                   ni una ventana enorme, ni siquiera una grúa

                                   para empujarlos hacia dentro.





                                     Pocosmimos agitó los brazos en señal de bienvenida.




                                     Pero los osos le gruñeron:

                                    ―¡De adelgazar, ni hablar!


                                                                            Y se dieron media vuelta.
   12   13   14   15   16   17   18   19   20   21   22