Los patos eran unos aburridos.
Así que la invitación les entusiasmó.
Y se fueron pateando
a la fiesta de Pocosmimos.
Pero cuando llegaron al tronco del
roble, se detuvieron espantados.
¿Cómo iban a llegar arriba?
No había escalera, ni ascensor,
ni siquiera una gotera de agua
por donde subir.