Page 14 - Nadie quiere jugar conmigo - 1ro Básico
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Pocosmimos agitó los brazos Pero su tristeza,
en señal de bienvenida. después de un rato,
Pero los patos le cuaquearon: se agotó.
―¡De trepar, ni hablar! Y con las ideas secas, decidió:
Y se fueron ―¡Una fiesta más!
por donde habían venido.
Pocosmimos tenía el corazón
empapado de tanto llorar.
Y empezó otra vez:
―¡Buaadie eee gaaar
ooonmioooooo!
―¡Nadie quiere jugar conmigo!