Page 151 - La Casa de Bernarda Alba
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YERMA

             de gran belleza y con un sentido de pura tierra. La Hembra
             agita un collar de grandes cascabeles.

       NIÑOS:  ¡El demonio y su mujer!  ¡El demonio y su mujer!

             El fondo se llena de gente que grita y comenta la danza.
             Está muy anochecido.

       HEMBRA:
              En el río de la sierra
              la esposa triste se bañaba.
              Por el cuerpo le subían
              los caracoles del agua.
              La arena de las orillas
              y el aire de la mañana
              le daban fuego a su risa
              y temblor a sus espaldas.
              ¡Ay, qué desnuda estaba
              la doncella en el agua!

       NIÑO:
              ¡Ay, cómo se quejaba!
                º
       HOMBRE  1 :
              ¡Ay, marchita de amores!

       NIÑO:
              ¡Con el viento y el agua!

                º
       HOMBRE 2 :
              ¡Qué diga a quién espera!

                º
       HOMBRE  1 :
              ¡Qué diga a quién aguarda!



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