Page 114 - Historias de Cronopios y Famas
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Alegría del cronopio                                                 Tristeza del cronopio














           Encuentro de un cronopio y un fama en la liquida-                    A la salida del Luna Park un cronopio advierte
      ción de la tienda La Mondiale.                                            que Sl:l reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj.
           -Buenas tardes, fama. Tregua catala espera.                          Tristeza del cronopio frente a una multitud de
           -¿Cronopio cronopio?                                                  [famas que remonta Corrientes a las once y veinte
           -Cronopio cronopio.                                                  y él, objeto verde y húmedo, marcha a las once
           -¿Hilo?                                                                                                     [y cuarto.
           -Dos, pero uno azul.                                                 Meditación del cronopio: «Es tarde, pero menos
           El fama considera al cronopio. Nunca hablará hasta                                   [ tarde para mí que para los famas,
      no saber que sus palabras son las que convienen, teme­                    para los famas es cinco minutos más tarde,
      roso de que las esperanzas siempre alertas no se deslicen                 llegarán a sus casas más tarde,
      en el aire, esos microbios relucientes, y por una palabra                 se acostarán más tarde.
      equivocada invadan el corazón bondadoso del cronopio.                     Yo tengo un reloj con menos vida, con menos
           -Afuera  llueve  -dice  el  cronopio-.  Todo  el                                             [ casa y menos acostarme,
      cielo.                                                                    yo soy un cronopio desdichado y húmedo. »
           -No te  preocupes -dice fama-.  Iremos en mi                         Mientras toma café en el Richmon de Florida,
      automóvil. Para proteger los hilos.                                       moja el cronopio una tostada con sus lágrimas
           Y mira el aire, pero no ve ninguna esperanza, y sus­                                                       [naturales.
      pira satisfecho. Además, le gusta observar la conmove­
      dora alegría del cronopio, que sostiene contra su pecho
      los dos hilos -uno azul- y espera ansioso que el fama
      lo invite a subir a su automóvil.




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