Page 23 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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Ahora se escupe las manos y se las pasa
 por la cara. Pero eso no es lo peor: también
 guarda todo el colado en la boca y no hay
 forma de que se lo trague al tiro. Mi mamá
 ya se aburrió de pedirle que le muestre la
 boca vacía: ahora le da toda la comida de
 una vez y lo deja andar por todas partes
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 con la boca llena, hasta que se aburre, se
 le olvida que es hamster y se lo traga.   El colegio del amor
 Así  es  (o  era)  mi casa:  todo  anda  (o
 andaba)  más  o  menos  parecido  a  lo  de
 siempre.  Aparte de mi espinilla, funcio­
 naba corno un  video juego, virtualmente
 perfecto. Hasta que la mañana post telefo­
 nazo,  cuando nos despertarnos, mi mamá
 no estaba.
 Dejó el desayuno servido y una nota:   C,eo que ya es hora de hablar de mi
 "me fui a una reunión desayuno".   colegio. Para que se ubiquen, se llama San
 Mi papá no lo podía creer.   Expedito y tiene un kilo de alumnos: des­
 "¿Reunión  desayuno?"  se  repetía,  in­  de  dino-niños-mega-chicos-ninja-storrn­
 crédulo él. "¿Se puede comer y hacer otra   llenos-de-rnocos,  hasta  algunos  alumnos
 cosa  al  mismo  tiempo?",  decía  en  tono   muy largos y altos que andan con piercing
 cuestionador.   en todas partes (pero bajo la ropa, porque
 No se movió ni cuando llegó a buscar­  están pro-hi-bi-dos).
 me la pan de molde amarillo. Ni cuando   Además hay corno mil salas y el patio
 el Beltrán estaba con la cabeza metida en   es muy grande, pero nunca TAN grande.
 el refrigerador, comiéndose una lechuga a   Hay  una  parte que los  profesores  lla­
 mini-mordiscos. Es que eso sí es un desa­  man  "el  patio  tranquilo",  donde  no  se
 yuno harnster.   puede hacer nada. Si aparece una pelota,
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