Page 52 - El Superzorro
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Y así  fue  como  empezó  la
                                                                              carrera, una carrera desesperada. ¡Las

                                                                              máquinas  contra los zorros! Al  em­
                                                                              pezar, la colina estaba así:



















                                                                                      Después de una hora, las má­
                                                                              quinas  se  habían  comido  un  buen

                                                                              trozo de colina.
                                                                                      Y  mientras  tanto,  nuestros

                                                                              zorros huían del espantoso ruido de
                                                                              las máquinas.
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