Page 53 - El Superzorro
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Y así  fue  como  empezó  la
            carrera, una carrera desesperada. ¡Las

            máquinas  contra los zorros! Al  em­
            pezar, la colina estaba así:



















                    Después de una hora, las má­
            quinas  se  habían  comido  un  buen

            trozo de colina.
                    Y  mientras  tanto,  nuestros

            zorros huían del espantoso ruido de
            las máquinas.
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