Page 153 - El Superzorro
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-¡Cariño, cariñito! -gritó de algún hueso al chancarse en las
doña Zorra al ver a su marido. Y fauces de los hambrientos animales.
dándole un beso, le dijo-: Amor, Por fin, don Tejón se decidió a rom
¡teníamos tanta hambre que hemos per el silencio. Se puso de pie, alzó
comenzado sin ustedes! ¿No te im su copa y propuso un brindis:
porta, verdad, cielo? -Brindemos -dijo- a la
Al zorro, claro está, no le im salud de un viejo amigo mío, el astu
portaba, y no hacía más que repartir to zorrete, porque hoy ... ¡nos ha sal
besos, abrazos y palmadas entre todos vado la vida!
los comensales. Finalmente, cogió -¡A la salud de don Zorro!
las garrafas de sidra y, entre gritos de -repitieron los animales-, ¡que vi-
«¡bravo!» y «es un muchacho exce va muchos años!
lente», las puso en el centro de la Y levantaron sus copas para
gran mesa. brindar por él.
-¡Y ahora, a comer todo el Entonces se paró doña Zorra,
mundo!-, gritó don Zorro. y con la voz tomada por la emoción,
No hubo que decirlo dos ve sólo supo decir:
ces. Los animales estaban muertos de -Yo también brindo por mi
hambre, así es que cada cual se dedi marido, que es más que un zorro ...
có a dar buena cuenta de la comida ¡por algo le llaman el SUPER
que había preparado la zorra. Allí no ZORRO!
se oía ni una mosca ... sólo el ruido Y todos los animales aplau-