Page 152 - El Superzorro
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                 -¡Cariño,  cariñito!  -gritó                                 de  algún  hueso  al  chancarse  en  las
         doña  Zorra  al  ver  a  su  marido.  Y                              fauces de los hambrientos animales.

         dándole  un  beso,  le  dijo-:  Amor,                                Por fin, don Tejón se decidió a rom­
         ¡teníamos  tanta  hambre  que  hemos                                 per el silencio. Se puso de pie,  alzó

         comenzado sin ustedes!  ¿No  te  im­                                 su copa y propuso un brindis:
         porta, verdad, cielo?                                                        -Brindemos  -dijo- a  la
                 Al zorro, claro está, no le im­                              salud de un viejo amigo mío, el astu­

         portaba, y no hacía más que repartir                                 to zorrete, porque hoy ...  ¡nos ha sal­
         besos, abrazos y palmadas entre todos                                vado la vida!
         los  comensales.  Finalmente,  cogió                                         -¡A  la  salud  de  don  Zorro!

         las garrafas de sidra y, entre gritos de                            -repitieron los animales-, ¡que vi-
         «¡bravo!»  y  «es  un  muchacho  exce­                              va muchos años!
         lente»,  las  puso  en  el  centro  de  la                                   Y  levantaron  sus  copas  para

         gran mesa.                                                          brindar por él.
                 -¡Y  ahora,  a  comer  todo  el                                      Entonces se paró doña Zorra,
         mundo!-, gritó don Zorro.                                           y con la voz tomada por la emoción,

                 No hubo que decirlo dos ve­                                 sólo supo decir:
         ces. Los animales estaban muertos de                                         -Yo también brindo por mi
         hambre, así es que cada cual se dedi­                               marido,  que es más que un  zorro ...

         có a dar buena cuenta de la comida                                  ¡por  algo  le  llaman  el  SUPER­
         que había preparado la zorra. Allí no                               ZORRO!

         se oía ni una mosca ... sólo el ruido                                        Y  todos  los  animales  aplau-
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