Page 16 - Zana y Orejón
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Las hojas de los árboles parecían ué
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sal�darla y los pájaros que atrav�� No q �!�����1f��}�i2a�-.
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saban el cielo la dejaban sin iespi� tien;a . . No, no quiero . .
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ración, pues no lograba comprender
cómo se podían sostener en el aire. -Tranquila, muchacha, nada
Le sorprendía la claridad de los de eso está pasando, tan solo está
sonidos: el zumbido de las abejas, el llegando la noche.
canto de los pájaros y la voz del vien� -¿ La nocheee?. . . ¿ Y cómo es la
14 noche?
to entre los árboles. Todo parecía 15
decirle algo que ella podía entender . -Ya la verás. La oscuridad de la
El sol se ocultó tras las nubes, que noche no es como la de abajo de la
fueron creciendo hasta que comenzó tierra ... La papa, que se sentía ya
muy sabia en asuntos de este lado,
a llover. Poco a poco la lluvia fue carraspeó y continuó:
haciendo brillar todo lo que sus
gotas tocaban. -La noche es negra y azul, pero
Se sentía feliz, daba pequeños está sembrada de luces, como si
saltos bajo la lluvia. De pronto, se fueran pequeñas semillas de sol.
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detuvo frente a un charco donde taron las lechugas sosteniendo la
se vio reflejada ... Con una sonrisa
y muy coqueta, se dijo a sí misma: risa. La papa las miró con todos sus
ojos y les hizo un gesto de esos ...
"No soy tan fea ... ".
Algo dijeron las lechugas, algo y continuó: " ... Además, después
que ella no logró comprender, de la noche siempre llega otro día,
otro sol".
mientras la papa le guiñó uno de sus -¿Qué te parece? ... "Esa sí que
tantos ojos. es noticia ... " -comentaron las le�
La lluvia se fue alejando, dejando chugas. La papa se dio media vuelta
paso' a un hermoso atardecer. La luz y se acercó a ellas dispuesta a ... pero
fue disminuyendo anunciando el las lechugas ya habían comprendido
fin del día. que era hora de retirarse.