Page 72 - Amigo se escribe con H (2)
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sentía latir en mi frente, en mis rodillas, en mi
                            No sé si los cardiólogos
                                hayan estudiado este fenómeno patológico, pero la
                    lugar y recorrió todos los espacios de mi cuerpo. Lo
                                    verdad es que cada vez que miraba a H, sentía que
                Luego de esa frase, mi corazón se salió de su
                                                probable sea que el corazón pida a cualquiera de los
        —Gracias por venir, tú no podías faltar en
                                                    otros órganos que lo cubra durante su ausencia. No
                                                        me sorprendería que el hígado, el riñón o uno de
                                            realidad sucede, lo más
                                                            abandonar
                                        el corazón se escapaba de mis dominios.
                                                            que
                                                            tuvieran
                                            Imagino que si esto en
                            garganta y en mis brazos.
            este día tan especial.
                                                            pulmones
                                                            los
                                                                en busca de algún traje  temporalmente     sus     puestos    de   trabajo  para   día no me había  mi ropa, de mis zapatos ni de mi  peinado; todo eso siempre me había parecido cursi  Al día siguiente, diez minutos antes de las dos de  la tarde, llegué a su casa sumergida en una falda  gris y una blusa azul que me quedaba divina. H   H me miró con unos ojos en los que creí  adivinar su gran amor, me dio un f
                                                            en mi complicado cabello de corte hongo.
                                                                    que me favoreciera. Hasta ese
                                                                Desbaraté todo el armario









                                                                        preocupado de  y ridículo.   estaba radiante.  No atiné a decir otra cosa que:  —¡Feliz cumpleaños, H!   me dijo:
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