Page 172 - La Casa de Bernarda Alba
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FEDERICO GARCÍA LORCA

         SOBRINO: -Todo es hablar. Demasiado sé que no puedo. Pero yo
         quiero que Rosita me espere. Porque volveré pronto.

         TíA: -Si antes no pegas la hebra con una tucumana. La lengua
         se me debió pegar en el cielo de la boca antes de consentir tu
         noviazgo; porque mi niña se queda sola en estas cuatro paredes, y
         tú te vas libre por el mar, por aquellos ríos, por aquellos bosques
         de toronjas, y mi niña aquí, un día igual a otro, y tú allí; el caballo
         y la escopeta para tirarle al faisán.

         SOBRINO: -No hay motivo para que me hable usted de esa manera.
         Yo dí mi palabra y la cumpliré. Por cumplir su palabra está mi
         padre en América y usted sabe ...

         TíA (Suave): -Calla.

         SOBRINO: -Callo. Pero no confunda usted el respeto con la falta
         de vergüenza.

         TíA (Con ironía andaluza):  -¡Perdona,  perdona!  Se  me había
         olvidado que ya eras un hombre.

         AMA (Entra llorando): -Si fuera un hombre no se iría.

         TíA (Enérgica): -¡Silencio!


         (El Ama llora con grandes sollozos).

         SOBRINO: -Volveré dentro de unos instantes. Dígaselo usted.

         TíA: -Descuida. Los viejos son los que tienen que llevar los malos
         ratos. (Sale el Sobrino)



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