Page 97 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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Terminamos haciendo flexiones  en el   Lenta, lenta, lentaaaaamente.
 patio y  comiendo pan con palta.  Flexio­  Yo  miraba  a  don  Luis,  que  tenía  esa
 nes y videojuegos.  Flexiones y compu. Y   cara ya tan  fácil de reconocer,  pero que
 estábamos coronando la experiencia con   en su caso era de huesillo-zombi.
 más panes  con palta  (estamos  en  pleno   Se mandó un suspiro tipo enfisema, se
 crecimiento  ¿ya?) cuando,  justo, .alguien   dio la media vuelta y se fue len-ta-men-te.
 tocó el timbre.   Tenía que investigar. Este era un traba­
 94   jo para Ju lito-interrogador.               95
 La Cleme comenzó a dirigirse hacia la
 puerta, pero llegué antes que ella ( de puro   -Clementina, ¿quién es ese señor don
 sapo no más).  Abrí y me encontré frente   Luis?
 a frente con un señor del tipo prehistóri­  -Ay, Julito, es el cartero.
 co, con uniforme, unas flores en la mano   -¿Y de dónde se conocen?
 y una carta en la otra.   -De ahora no más, Ju lito.  Como mi
 ¿ Un paleopretendiente de la J urasina?   Escolástico me echa tanto de menos, me
 -¿Sí?, ¿diga?-comencé a interrogar.  manda una carta por día. Y parece que a
 -¿Estará doña Clementina?  don Luis le recuerdo a su difunta esposa.
 "Ya  voy,  y a   voy" decía la Cleme,  que  Y por eso me trae flores,  ¡qué vergüenza!
 todavía iba como a mitad de camino.   ¡ Y la Clerne se puso roja!
 Cuando  llegó,  se  ajustó  los  lentes  y   ¿Cómo era que se llamaba ese dinosau­
 miró.   rio rojo? ¿Clemensario?
 -Ah,  es usted don Luis.  Gracias por  Jo.
 traerme otra carta de mi Escolástico. No
 sabe cuánto se lo agradezco.
 -También  le  traje flores,  doña  Cle­
 mentina.
 -Ay,  para  qué  se  molestó.  Muchas
 gracias y hasta mañana.
 Agarró las flores, se dio media vuelta y
 comenzó a caminar hacia la cocina.
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