Page 171 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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trán  comía dulces  como NUNCA en  su   Mejor Lectora de la biblioteca.
 vida ( y borraba así de su disco duro a la   Pero la Andrea no estaba.
 Tía  Patricia, a punta de glucosa),  yo an­  Cuando  terminaron  los discursos,  to­
 daba eléctrico y suspiroso.   dos nos comenzamos a ir.
 Y ese día era el último acto del colegio,   De repente me crucé con la Anita Ma­
 cuando entregan los diplomas.   ría,  que  me miró  con  cara de emoticón

 Había que ir no más.   comprensivo.
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 Cuando llegué  a  San  Expedito,  y  no   -Julito, sólo para que lo sepas: la An­
 sé pm qué, me fui al tiro a la biblioteca.   drea me pidió tu foto para llevársela.
 Estaba cerrada, pero a través de la venta­  -Ah, gracias.
 na me di cuenta de algo. Ya no estaba mi   Y me fui caminando por ahí, hasta que
 foto en el diario mural.   llegué al patio tranquilo.
 Raro.      La primavera llegaba a su fin y esta vez
 Me di la vuelta y comencé a caminar al   el patio estaba realmente tranquilo.
 lugar del acto. Andaba raro yo. Me daba   Yo era el único que caminaba por allí
 cuenta que había hartos de mis compa­  esa noche.
 ñeros tomados de la mano. Entre ellos, el   Era la primera vez que lo pisaba.
 Aarón y la cosa rosada. También las Arre­  Y ahora, después de todo lo que había
 se. También el César y la Pascale.   pasado, el zombi era sho.
 Parece que el baile fue un éxito total.
 Y llegó la hora de la entrega de notas y
 diplomas y premios y de "por favor, pasen

 a la sala A 6 a recuperar los chalecos, ter­  FIN
 mos y calcetines que sus hijos han dejado
 botados durante el año".
 A la  Andrea la mencionaron cuando
 llegó su turno. Además le habían inven­
 tado, especialmente a ella, un premio a la
 (
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