Page 145 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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escenario. Muy nerviosos. Muy, pero muy flores de la otra obra.
nerviosos. Nos pasábamos yendo al baño Salí por la puerta de atrás del teatro y
a cada rato. Casi nos licuamos, hasta que apenas la alcancé, cuando ya estaba en la
llegó la hora. portería.
Primero nos tocó a nosotros. -¡Viniste!- le dije.
Y nos salió bacán. Se dio vuelta, en la mitad de una som
Todos quedaron con la boca abierta bra.
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( uno de los papás roncaba con la boca -No me mires, por favor, Ju lito.
abierta, eso sí). Y allí estábamos, Samio -Ok. No te miro, pero toma esto. Y
val y yo, esperando a ese Godot que nunca perdona.
llegaba. Que nunca, nunca llegaría (por Le pasé las flores y sólo le vi los ojos
lo que supe después, fue porque tuvieron cwmdo me miró.
que amarrarlo y amordazarlo, porque Se Después se dio la vuelta y se fue.
púlveda estaba tan "compenetrado" en Cuando volví al teatro me querían ma
el papel que quería meterse igual en la tar. Había sacado las flores de la protago
obra). nista de la otra obra.
Pobre Godot. Perdón, Sepúlveda. Bueno, el show debe seguir ¿no?
Lo que tampoco estaba en el libreto
fue otra cosa que pasó. Cuando yo estaba
hablando con Sandoval-Suertudo, en la
mitad de una escena, de repente miré al
público. Y bien atrás, con la cara cubierta
con una bufanda, reconocí a la Andrea.
Casi se me olvida todo. La dura.
Me puse eléctrico y extraño.
Ella igual había venido.
Por eso, después que terminé y saludé,
salí a velocidad atómica a buscar a la An
drea. Y, a la pasada, tomé prestadas unas