Page 138 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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res. Blanca.
-Cristobalina, pero qué flores más Y, la verdad, mi mamá hace rato que
bonitas -dijo mi mamá-. ¿Quién se las no se peinaba, así que de verdad parecía
regaló? león.
-Fue don Luis, el cartero, señora. (Eso fue un chiste literario, por si acaso).
-Qué gentileza de su parte. Y qué ga-
lán.
-Pues sí, señora.
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-Viste, Julito.
-Ya me di cuenta, mamá.
Justo en ese instante entró el Beltrán.
Y desde el patio. Con unas ¡¡¡¡flores!!!!
-Beltraaaaaaaán -dijo mi mamá.
-¿Sí, mamaaaaaaaaá?
-¿De donde sacaste esas violetas?
(como si no supiera).
-De por ahí.
-¿De dónde? (insisto, como si no su-
piera).
-De por ahí, lejitos, mamita. Del bos
que.
-Ya. Me doy por vencida. Pero no sa
ques más, por favor. Y ¿ahora para qué las
quieres?
-Son para mi tía Patricia del jardín.
Ahí, en ese instante, mi mamá sí se dio
cuenta. Cuando fue lo de las orquídeas es
taba en otra, pero ahora no. Su puesto de
MAMÁ estaba si.endo usurpado.
Ella era Aslan y la tía Patricia, la Bruja