Page 106 - Julito Cabello, los zombis enamorados
P. 106

-¿Para Halloween?                                 Atómico.
                  -(Ni me pescó el chiste). No, para el             Y con un ritmo increíble.
               baile. Vamos. No perdamos el tiempo.                 Con  mi  papá  nos  quedamos  boquia­
                  Yo  no  estaba  muy  convencido,  pero         biertos.
               me tornó de la mano y me llevó al living.            -Y eso ¿cómo se llama?
               Enrolló la alfombra, buscó un cornpact y             -Ech el baile del hamster, respondió
               lo puso.                                          el Beltrán, mientras movía el trasero su­
         104                                                                                                   105
                  ¿Qué le pasa a mi papá?¿No se  estará          persónicamente ("a mover el bote", decía
               tornando demasiado en serio su rol?               él) y se pasaba las manos por la cara, igua­
                  Bueno, puede ser. Por eso lo amo.              lito a un hamster lavándose.
                  La música que empezó a sonar era muy              Si me lo cuentan, no lo creo.
               antigua, aunque igual era rápida.                    Mi hermano dándonos una clase ma­
                 -Este era mi terna favorito en la uni­          gistral de baile.
               versidad, dijo mi papá y se empezó a mo­             ¿Ya había dicho yo que mi hermano es
               ver. Ya, Julito, relájate y muévete.              maestro?
                 No  sé  cuál  de  los  dos  era  más  tieso,       Master of the Universe. La dura.
               pero algo nos movíamos, hasta que llegó
               el Beltrán.
                 -¿Qué están hachiendo?
                 -Bailando, dijo mi papá, que ya em-
              pezaba a sudar.
                 -Fome, fome, dijo el Beltrán y se puso
              a buscar uno de sus compacts.  Apagó el
               equipo, sacó el disco de mi papá y puso el
              suyo. Todo a velocidad supersónica.
                 -Este shí, dijo. Y empezó a sonar una
               típica canción sobre animalitos. Pero eso
              no era lo importante.  Lo importante era
              cómo se movía el Beltrán.
   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110   111