Page 82 - El Superzorro
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            largo,  largo  rato.  ¿Cuánto?  Ni  ellos                                 -Pues significa que  estamos
            mismos lo sabían. Perdidos en la os­                             justamente  debajo  de  la  casa  de  al­

            curidad del túnel  no  tenían  noción                            gún  fulano.  Ahora  sólo  falta  averi­
            del tiempo, no distinguían el día de                             guar  si  ese  fulano  es  el  que  yo  me
                                                                                   .
                                                                             .
            la  noche...  Pero,  al  fin,  don  Zorro                        1mag1no.
            dio la orden de alto.                                                     Al  quebrarse,  el  tablón  hizo
                     -Me parece -dijo- que ha                                un  ruido  espantoso  y  los  zorros  se

            llegado la  hora  de  echar  un  vistazo                         metieron de nuevo en el túnel,  cre­
            para ver dónde estamos. Salgamos a                               yendo haber sido descubiertos. Pero
            la superficie y pronto veremos si he­                            nada ocurrió. Así es que don Zorro,

            mos acertado.                                                    envalentonado,  metió la cabeza  por
                     Lentamente,  con mucha cau­                             el agujero para echar un vistazo. No
            tela, los zorros fueron abriendo túnel                           pudo contener un grito de alegría.

            hacia arriba. Subían y subían,  hasta                                     -¡Yupiii!  ¡Esto es fantástico!
            que de pronto ... sus cabezas tropeza­                           ¡Esto es maravilloso! -gritaba el zo­
            ron  con algo duro,  que les impedía                             rro, fuera de sí-. Lo logramos ... ¡y a

            seguir. No tardó  mucho  don  Zorro                              la  primera!  ¡Suban,  suban,  hijos
            en comprobar de qué se trataba:                                  míos, y verán un espectáculo que ha­
                     -¡Ahahá! -exclamó-.  Tal                                ría las delicias de cualquier zorro tan

            como suponía. Son tablones de ma­                                hambriento ... como nosotros!
            dera.                                                                     Los zorritos subieron como el
                     -¿ Y eso qué significa, papá?                           rayo  y  al  llegar  arriba  presenciaron
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