Page 9 - Amigo se escribe con H (2)
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una sonrisa como la que ponen sólo aquellos que se
                a H. lucía impecable, muy bien presentado y con
                                            suficiente como para indicarnos que estaba a punto
                                Cinco años después, se veía muy distinto a esa
                                        bueno, pero sus piernas habían crecido lo
            graduación, cuatro filas más arriba de mí, encontré
        la fotografía de la         aún el rostro de niño   no pasó mucho tiempo   le abrieron un  para entonces los niños y







                                                de convertirse en un adolescente.
                        saben fotogénicos a toda prueba.
        Al revisar detenidamente
                                    última imagen. Conservaba
                                                        Luego de su regreso,  hasta que algunos compañeros espacio. Yo no lo hice;  los dentistas me parecían detestables y los ignoraba  por completo, pero a los dentistas por obligación  debía visitarlos de cuando en cuando.  Al poco tiempo de su llegada, H ya se destacaba  en los partidos de fútbol y en las competencias de  silbidos con los dedos; además, las maestras lo  amaban. No sé a qué escuela asistió cuando vivió



























                                                    nuevo par, y esto se dio  que papá me comprara un  del oftalmólogo, quien  gracias a una sugerencia  consideró que necesitaba unos con diferente  medida. Los nuevos eran bastante más pequeños y  no tenían los oscuros y pesados marcos negros.  En fin... esa era yo en el jardín de infantes, y no  reniego de mí, pero preferiría que no existiera  mucho material que revelara mi condición de niña  cola de ratón, zapatos  peque
                                                Por suerte, muy poco tiempo después, logré
                                    Aquel día mamá premió a Cuco con comida
                            perro Cuco, un sabueso viejo que tenía pánico atroz
                mi rostro. Recuerdo que en una oportunidad los
            había alguien que los encontraba y los devolvía a
        (como la nevera o las botas de papá), pero siempre
                    enterré en el jardín de la casa y cuando estaba a
                        punto de ganar la batalla, mi gentil y hermoso
                                a los gatos, apareció con mis lentes en el hocico.




                                        especial... y yo me di por vencida.
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