Page 29 - De porqué a Franz le dolió el estómago
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¡Deberías estar en el jardín infantil! —le Pero no se lo quitó porque quisiera
dijo a Franz el primer día de clase. comérselo, sino ¡sólo para molestar a
—¡No te hagas delante mío! Eres tan Franz!
chico que puedo aplastarte sin darme Daniel Eberhard le puso a Franz el
cuenta —le dijo el segundo día de clase. bocadillo delante de la nariz y le dijo:
El tercer día, lo levantó y lo dejó —¡A ver! ¡Agárralo! ¡Agárralo, enano!
pataleando en el aire. Y cuando Franz trató de alcanzarlo,
El cuarto día, le quitó el bocadillo que Daniel Eberhard levantó rápidamente el
Franz siempre se comía en el recreo largo. brazo. Luego lo bajó y volvió a decirle:
—¡A ver! ¡A que no puedes agarrarlo,
enano! —y volvió a levantar el brazo
cuando Franz intentó tomar el bocadillo.
Llegó un momento en que Franz se
aburrió, no pudo más y le gritó:
—¡Quédate con mi bocadillo! Total, ¡un
gordo como tú necesita seguir
engordando!
Entonces, Daniel Eberhard abrió el
bocadillo, se comió la rica salchicha que
había adentro y le pegó en la cara a Franz
los dos pedazos de pan con mantequilla del
bocadillo. Un pedazo se lo pegó en la