Page 26 - Nadie quiere jugar conmigo - 1ro Básico
P. 26
Pero cuando llegaron al bosque,
se quedaron desconcertados.
Dieron vueltas y más vueltas,
pero no vieron nada.
Cuando vieron a Pocosmimos,
agitaron sus brazos en señal de bienvenida.
Entonces, Pocosmimos levantó la tristeza.
Y explotó
en carcajadas de felicidad.
―¡Toooos eeren gaar onmiiiio!
―rio, y no se le entendió nada.
―¡To dos eeren gaar con mi go!
―volvió a reír y hablar
al mismo tiempo.