Page 62 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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Bailarín en la oscuridad

















                                                                     A, toque pegué una escaneada al pa­
                                                                  tio y me di cuenta de que Moncho tenía
                                                                  razón: en ese colegio ya no había mujeres
                                                                  solas. En distintos grados de zombificación
                                                                  -muertos vivos, semi muertos, atontados
                                                                  l)  lelos- parecía que ya estaban todas las
                                                                  parejas armadas para el baile.
                                                                     De  repente  vi  al señor Veloz hablan­
                                                                  do con doña Lupe y juraría que también
                                                                  andaban medio coqueteando.  Lo  mismo
                                                                  el  Cara de palo,  que conversaba  con su
                                                                  compañera de culpabilidad por el asunto
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