Page 122 - Julito Cabello, los zombis enamorados
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-Sí -y me miró con una sonrisa ex�
              traña.
                 -¿  Usted  es  el  que  está  enamorado,
              no?
                 ¡¡¡Cuál es la idea, ah!!!
                 No alcancé ni a abrir la boca porque,
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              casi al tiro,  tocaron el timbre de nuevo.
              Era don Luis.
                 -¿Estará doña Clementina?
                 -No, don Luis. Se fue de vuelta al sur
              (a la cueva del milodón, jojó).
                 -No me diga, pero qué lástima.  ¿Y a
              quién le dejo la carta?
                 -Se la puede pasar a su hermana para
              que se la lleve. Espere un poquito.
                 Y fui a buscar a la Cristobalina, le ex�
              pliqué y cuando llegó frente a don Luis se
              produjo un instante de silencio.
                 Entre los dos veteranos comenzaron a
              hacerse juego de luces.
                 Si me lo cuentan, no lo creo.
                 -Doña Clementina jamás me comen�
              tó que tuviera una hermana tan hermosa.
                 -Ni a mí me dijo que acá en la capital
              fueran tan galantes.
                 Listo.
                 Retorno a Parque Jurásico. Y hecho en
              Chile.
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