Page 17 - Amigo se escribe con H (2)
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Dos semanas después, los vecinos seguían ahí.
—Gracias, Antonia, si lo necesito te avisaré,
—Vaya, ¡qué suerte tiene! Pero, si me permite
-Sí, nos visitan cada dos meses y aparecen por
vida debía continuar, y Lo que más me preocupaba era el momento de salir hacia la escuela; a
miles. ¿No han entrado en su casa?
—Nnno, en realidad no. darle un consejo, tome desde ya las precauciones necesarias; si requiere algo de la ferretería, con gusto la puedo ayudar. adiós. Mis esperanzas se desvanecían día a día. Finalmente, pensé que mi que la mejor defensa sería evitar cualquier contacto con H. salir rumbo a la escuela. Cada mañana me ocultaba tras la cortina del comedor y esperaba. A las 6 con 15, muy puntual, veía a H partir de ese momento, yo contaba lenta
puedo negar el cargo de conciencia que sentía cada
vez que me acercaba con un nuevo plan para
mama. La verdad es que lucía tan simpática, que no
Una semana después, volví a encontrarme con su
Ella se encontraba lavando su auto, entonces
Creí que esa noticia sería lo suficientemente
aterradora como para que la familia de H decidiera
no era mi intención asustarla, olvídelo. Adiós.
desanimarla de su casa nueva.
mudarse, pero no fue así.
pasé por ahí y grité: —Buenos días, señora, ¿se acuerda de mí? —Claro que sí, Antonia, ¿cómo estás? —Pues bien... o no tan bien. Voy camino a la ferretería porque nuevamente las ratas han invadido el barrio y mamá me ha pedido que compre algunas trampas. —¿Ratas?