Page 20 - Las enfermedades de Franz
P. 20

iNo era de  extrañarse que  Franz                            tibios sobre el pecho y el papá con
               esperara su gripe con tanta alegría!                             una bolsa de hielo en la cabeza.
                Todo el sábado la estuvo esperando.                                El papá le puso a Franz el termó,

                   El domingo a mediodía todavía no                             n1etro  debajo de  la  axila  y después
               le había llegado y el niño pensó: "Ya                            d  cinco minutos lo sacó y dijo:
               va siendo hora" y, sin más, se fue des,                             -Treinta y seis con seis, i ten1pera,
         20                                                                                                                       21
               vistiendo y acostando en la cama.                                tura norn1al!
                · -Me dio gripe -gritó Franz con                                   Su ma1ná le puso la oreja en el pe,
               tanta fuerza que sus padres y su her,                             ho y lo examinó:
                1nano Josef lo oyeron desde sus ca,                                -No  se  escucha  absolutamente

               mas.                                                             nada. i Respiración normal!
                   Los  tres  vinieron  corriendo.  Jo,                           Josef le miró la garganta y excla,
               sef  con su  bufanda de  lana alrede,                            n1ó:
               dor del cuello, la ma1ná con pañitos                                -No  está nada roja.  iTodo está

                                                                                nonnal allá adentro!
                                                                                   Entonces estornudaron los tres al

                                                                                tiempo y dijeron:
                                                                                   -iTú no tienes ni siquiera un ca,
        .IJ                                                                     tarrito!  -y regresaron a sus camas.


                                                                                Franz  se  deslizó  entonces  hasta  la
                                                                                cocina, tomó el frasco de la pimien,
                                                                                ta  y  esparció  todo  el  contenido  en
                                                                                su pañuelo. Luego regresó a su cama
                                                                                y  sostuvo  el  pañuelo  debajo  de  la

                                                                                nariz.  Un  tren1endo  ataque  de  es,
                                                                                tornudos no se hizo esperar; cuando
   15   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25